Mohamed Rabíe, autor de Mercurio

Autor de Mercurio

Egipto como inspiración

Como para muchos escritores, la realidad es una constante fuente de inspiración para Mohamed Rabíe.

Como novelista, el autor egipcio está fascinado por diversas áreas de la experiencia humana, pero hay un asunto que le obsesiona en especial: la relación entre Egipto y su gobierno dictatorial.

Aunque presente a lo largo de toda su obra, Rabíe lo convirtió en uno de los ejes centrales de su novela más famosa, Mercurio, donde la propia esperanza por un mundo mejor que sintieron los egipcios en 2011 se transforma en herramienta de tortura.

Autor de Mercurio
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Del espionaje y la ciencia ficción a los clásicos egipcios

La literatura siempre ha formado parte en la vida de Mohamed Rabíe (El Cairo, 1978). Ya en su juventud le atraparon las aventuras narradas en las famosas series de novelas Ragol Al Mostaheel (El hombre de lo imposible) y Malaf Al Mostakbal (Los archivos del futuro). El espionaje de alto nivel y la ciencia ficción poblaron la mente infantil de Rabíe, pero al crecer fue abandonando para volverse hacia los grandes clásicos de la narrativa egipcia. Taha Hussein, Naguib Mahfuz y Tawfiq Al-Hakim se convirtieron en sus autores de cabecera, acompañados de los escritores egipcios y árabes más contemporáneos y de la literatura extranjera traducida al árabe.

Empezó a escribir a los 15 años, pero solo para sí mismo. Por aquel entonces le bastaba con escribir por escribir, luego abandonaba el texto resultante y se olvidaba de él. Durante mucho tiempo no se imaginó viviendo de la literatura, así que estudió ingeniería civil en la Universidad de El Cairo, graduándose en 2002. Trabajó once años como ingeniero, no lo dejó hasta 2013, cuando ya había publicado sus dos primeras novelas.

La primera, Planeta ámbar, marcó un antes y un después en su vida. Publicada en 2010, le hizo merecedor del Premio Cultural Sawiris en la categoría de Escritores emergentes del año 2011. Ganar este premio fue toda una sorpresa para él, una victoria totalmente inesperada que tuvo un gran impacto en su camino como escritor.

En 2012 publicó su siguiente novela, El año del dragón, y participó en el Premio Internacional de Ficción Árabe Nadwa, unos talleres dirigidos por escritores consagrados en los que participa un número reducido de prometedores y jóvenes autores árabes.

Rabíe volcó en Mercurio toda su frustración y sus temores, dando como resultado una obra en la que la fantasía política y el pesimismo filosófico se conjugan para mostrarnos un escenario todavía posible para el futuro de Egipto.

En 2013, coincidiendo con el fracaso de la revolución egipcia, Rabíe cambió de carrera y empezó a trabajar como editor en las editoriales Dar al-Tanwir y Al-Karma, localizadas ambas en El Cairo. Aunque su vida profesional estaba dando un giro interesante, no se podía decir lo mismo del país. El descalabro de 2013 empujó a Rabíe a escribir su tercera novela, Mercurio (2015). Por aquel entonces seguía las noticias día tras día, todos los incidentes y sucesos. No tardó en darse cuenta de que las cosas iban a peor y su mente empezó a imaginar cómo sería Egipto en el futuro, hacia dónde llevarían todas las desgracias que estaban viviendo. Aquel fue el germen de Mercurio.

Nunca le preocupó demasiado la posible reacción del gobierno ni enfrentarse a la censura, pues es de la opinión de que al gobierno egipcio no parecen interesarle en absoluto los libros, y menos todavía en aquel momento tan crítico. Rabíe volcó en Mercurio toda su frustración y sus temores, dando como resultado una obra en la que la fantasía política y el pesimismo filosófico se conjugan para mostrarnos un escenario todavía posible para el futuro de Egipto.

En 2016, Mercurio fue finalista en la lista corta del prestigioso Premio de Narrativa Árabe otorgado por Emiratos Árabes Unidos.

En enero de 2020, Rabíe se mudó a Berlín, donde trabaja en una librería árabe al mismo tiempo que continúa su trayectoria literaria.

En enero de 2020 publicó también su 4ª novela, Historia de los dioses de Egipto, y sabemos que no será la última, pues Rabíe ya está trabajando en su siguiente obra.

Mercurio o la derrota de la esperanza

Portada de Mercurio , nuevo libro de la colección Maktaba
Portada del nuevo libro de Mohamed Rabíe, Mercurio. Editado por Relee para su colección de éxitos de la literatura árabe actual, Maktaba.
Portada de Mercurio

La primavera árabe, una chispa de libertad

A principios de 2011 una pequeña chispa de esperanza prendió en el mundo árabe.

La desesperación que había llevado a Mohamed Bouazizi a inmolarse se transformó en rabia y ansia de justicia y de libertad. Las que parecían que serían unas simples manifestaciones aisladas se convirtieron en un terremoto que sacudió los cimientos de gobiernos hasta entonces intocables. Ben Ali, Mubarak, Gadafi, Saleh…todos fueron cayendo uno detrás de otro y el sueño de un país más justo, libre y democrático parecía estar al alcance de millones de árabes. Por desgracia, en la mayoría de los casos el sueño no tardó en revelarse como un cruel espejismo.

Túnez fue el único país que consiguió una transición pacífica (en la medida de lo posible) hacia una democracia que no ha conseguido hacer frente a los múltiples problemas del país norteafricano. Los gobiernos de Marruecos, Jordania, Omán y Baréin implantaron paquetes de reformas para satisfacer las exigencias de los manifestantes, mientras que en Argelia, Sudán, Iraq y Líbano las protestas no llevaron a cambios significativos. Libia, Siria y Yemen terminaron sumidos en guerras civiles que continúan activas hoy en día, siendo la guerra civil siria el conflicto armado con la cifra de fallecidos más alta de todo el siglo XXI y Yemen la peor crisis humanitaria del planeta.

¿Y Egipto?

Mercurio es el fruto de las esperanzas rotas, de los sueños deshechos que condujeron a una barbarie peor que la que ejercía Mubarak.

¿Puede haber un infierno peor que este?

La revolución de enero de 2011 condujo a la dimisión del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero, el éxtasis de la victoria y la esperanza convivían con el temor por un futuro incierto. El 21 de julio se celebraron elecciones presidenciales democráticas en las que el islamista Partido de la Libertad y la Justicia y su candidato, Mohamed Morsi, resultaron vencedores, los egipcios laicos y cristianos observaron su triunfo con recelo. Las tensiones no tardaron en estallar de nuevo, en noviembre y diciembre de 2012 las protestas volvieron a tomar la calle cuando Morsi intentó sacar adelante una ley que le otorgaría más poderes a la figura del presidente y la blindaría ante cualquier desafío legal.

Pocos meses más tarde, tras una serie de manifestaciones masivas que se sucedieron a lo largo de junio de 2013, el ejército le dio un ultimátum al gobierno. Cuando este se terminó, el ejército encabezado por al-Sisi derrocó al gobierno de Morsi dando un Golpe de Estado el 3 de julio. El sueño que había empezado en enero de 2011 desapareció.

Ya no había posibilidad de alcanzar el futuro democrático, libre y justo que tanto había anhelado el pueblo egipcio. La masacre de Rabaa del 14 de agosto, en la que murieron 904 personas según Human Rights Watch, fue un ejemplo de cómo reaccionaría el nuevo gobierno militar ante cualquier tipo de oposición. La esperanza ya no tenía lugar en la sociedad egipcia, solo el dolor, la decepción y el desaliento.

En este contexto, Mohamed Rabíe escribe su tercera novela, Mercurio. Mercurio es el fruto de las esperanzas rotas, de los sueños deshechos que condujeron a una barbarie peor que la que ejercía Mubarak. De un gobierno militar nuevo y viejo a la vez contra el que los egipcios ya no tienen ni fuerzas ni ganas para rebelarse. De una pregunta nacida de la pura desesperación: ¿puede haber un infierno peor que este?